Estaba de paseo por un centro comercial con mi amiga G. cuando nos paramos en una baranda para mirar hacia la planta baja para ver a unos hombres tocar el saxo entre otros instrumentos y ver danzar a dos chicos que iban subidos a unos zancos enormes al ritmo de la música.
A mi lado había un chico-hombre (ni joven, ni viejo) que iba acompañado por un niño y una niña, no diría que fuese su padre, pero quizás ¿tío? El caso es que va el hombre de las cavernas este y le dice a la niña “¿vamos y hacemos caer a esos dos? Tú tiras a uno y yo tiro al otro.”
¿? Este tío es gilipollas profundo.
La niña menos mal que tenía más dedos de frente que él y le dijo que no. Pero no se contentó con la respuesta porque él seguía insistiendo. Con razón vemos lo que vemos por ahí…
A mi lado había un chico-hombre (ni joven, ni viejo) que iba acompañado por un niño y una niña, no diría que fuese su padre, pero quizás ¿tío? El caso es que va el hombre de las cavernas este y le dice a la niña “¿vamos y hacemos caer a esos dos? Tú tiras a uno y yo tiro al otro.”
¿? Este tío es gilipollas profundo.
La niña menos mal que tenía más dedos de frente que él y le dijo que no. Pero no se contentó con la respuesta porque él seguía insistiendo. Con razón vemos lo que vemos por ahí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus visitantes. Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Peace.