domingo, 4 de julio de 2010

Sucesos telefónicos II

¡Qué fuerte! Me llaman de Movistar (antigua Telefónica, misma mierda), para contactar con mi tía (dueña de la línea y esas cosas y persona con la que vivo) y ofrecerle a saber qué. Le dije que no estaba (sí que estaba, pero ella pasando, mujer lista) y el chaval (por supuesto sudamericano/suramericano) me dijo que si podía hablar conmigo del tema. Pero de otros temas.

Me preguntó por mi edad, me dijo que él tenía un año menos, que seguramente tendría que estar en la universidad, que qué estudiaba y que si había visitado Perú, el Machu Pichu. Que él aún no pero que tenía ganas de ir.

Mis respuestas eran cortas y secas, porque yo flipaba, ¿desde cuándo esas confianzas?

Lo mejor fue la despedida…. ‘Besitos’.

¿Besitos? Jajaja. Si las conversaciones las graban no sé yo qué gracia le hará al jefe que sus empleados se dediquen a mandar besitos. ¡Ah! Y también me dijo que tenía un nombre muy bonito. Sí, sí. Lo repitió y dijo que era bonito, y al final de la conversación mientras se despedía me llamó de otra manera. Le encantó vaya… Ni con esas consiguió que cayera en las redes de sus súper ofertas e historias.

Cansinos que son.

2 comentarios:

  1. Conozco gente que ante los cansinos de timofónica o similares contestan cosas como:
    -Lo lamento, pero el señor se encuentra jugando al pádel en estos momentos.
    -Murió de un virulento brote de tuberculosis.
    -Lo siento, pero no tengo línea de teléfono.
    -¡¡No!! ¿¿Cómo me han encontrado?? ¿¿Para quién trabaja realmente??
    -Santa Iglesia del Octavo Advenimiento de Cthulhu, ¿qué deseaba?

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  2. Jajajaja. La cosa es controlar el número del que te llaman, que a veces pillan a uno. Siempre puedo usar el truco de las interferencias y colgar. O sin truco ¡que vivan los momentos bordes!

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