domingo, 30 de enero de 2011

Balance de enero

Con más penas que glorias la verdad.


Empezó con el año nuevo, me encanta en Nochevieja hacer limpieza de todo en mi vida, ya sea cosas simples como borrar mails que no quiero, contactos en el móvil que me sobran, o hacerme un homenaje al cuerpo y exfoliarme, mascarillas, manicura y cosas de esas. Este año no hice nada de eso, mi resfriado-gripe-constipado-lo que fuese no me dejó.


La reunión de las prácticas en la universidad no fue como yo esperaba, debería haber sido mucho más larga y con más explicaciones. Y hasta febrero no creo que tengamos nuevas noticias.


El profesor de la eoi decidió no aparecer cuatro días desde que comenzaron las clases y la semana de exámenes que ya debería haber sido (como ya los hicieron los demás) los pasaron para esta que entra. Yo ya tenía comprado el pasaje para irme a casa, por lo que sólo podré hacer el examen de mañana lunes ya que el martes me largo. Dice que los puedo hacer a mi vuelta, pero que no me iba a contar la nota. ¿Hola? No aparece, lo llaman desde secretaría y no le coge a nadie el teléfono, llega y no da ni una mínima explicación, nos cambia las fechas y encima pasa un poco de todo, dice que no le dé importancia a éstos que no son como los finales. En fin, esto es un tema aparte, lo del profesorado y las clases.


Mi ordenador decide ponerse peor y hace que Internet no funcione en él. No sé qué carajo le pasa, ¡¡quiero que lo formateen yaaaaaa!! Tengo que postear, navegar, ver mi correo o lo que yo quiera hacer desde un mini mini mini portátil del tamaño de un libro, es incomodísimo.


Inundaciones en ¡¡¡Lanzarote y Fuerteventura!!! Ver para creer. Si ahí ni llueve casi.


Me he aburrido muchísimo.


Pero algo bueno también tiene que haber…


Me he leído dos libros. Vale, no es una pasada, pero está bien coger la costumbre poco a poco e ir aumentando siempre que se pueda.


Hice alguna que otra compra interesante en las rebajas.


Dos amigas me dieron mi regalo de cumpleaños y me gustó todo.


Me fui a comer y a dar una vuelta por el sur de sitio grande con gente muy maja. Cambio de personas, cambio de aires… Me moló.


¡¡Hace frío!! Síí, aquí en ciudad adoptiva ha llegado el frío, es un placer indescriptible. Y lo más fascinante de todo es que no ha dejado de llover prácticamente en días. Eso sí, de forma suavita. En otros sitios más, pero que llueva justamente aquí es como un súper logro. Aunque en alguna zona llovió de más y eso nunca mola.


Estrené una nueva brocha de ojos (la kajales del mercadona) para difuminar la raya que te haces con el lápiz a ras de las pestañas y ¡moló mil! Yo que casi nunca me la hacía porque me salía fatal, esto de difuminarla un poquito me ha impresionado.


Y creo que ya, nada más relevante que yo recuerde. ¿Ustedes qué tal el primer mes del año?



¡¡A por febrero!!

Mis discotecas




Me gusta salir de fiesta. A veces. Me gusta salir cuando el cuerpo me lo pide, aunque cierto es que el día que más hecho polvo y desanimado estás acabas pasándotelo genial. No sé por qué se da ese fenómeno. También es cierto que me estoy acomodando más al ‘voy al bar, hablo, me río y pa’ casa’ que a quedarme de fiesta en una discoteca. Estos últimos tiempos me he aburrido la inmensa mayoría de las veces, la música me parece una bastada, la gente cada vez es más absurda… En fin, un conjunto de factores que hacen que veas el irse de fiesta de otra manera y que la sustituyas por otros formatos también válidos.


Hay dos discotecas que a mí me han encantado, me han marcado de alguna manera y a las cuales añoraré bastante, pero quedan recuerdos divertidos.


Una ya no existe y está en sitio pequeño de mis orígenes. El local sigue existiendo y a saber cuántos nombres ha tenido ya. También estuvo cerrada mucho tiempo. Ignoro el por qué cerró en principio, pero no me sorprendería que fuese porque había mucho menor dentro. El caso es que fue mi primera discoteca, a la que iba todo el mundo (que yo conocía o te interesaba conocer), a la que te intentabas colar porque no tenías ni 16 años, donde la música a mí me gustaba, el ambiente era muy joven… Muy guay todo. Todo te parece lo más con esas edades. La recordaré con especial cariño por la gente que conocí ahí, por las fiestas que me cogía con mis amigas con las que iba en plan novata de la vida, en la que jamás pedí algo de beber (que yo recuerde) y de la que tenía que salir a las 02:00 de la mañana porque algún padre nos venía a buscar. Si salía un finde, los dos siguientes no lo hacía. Era una putadilla, pero a veces se hacía presión y se conseguía salir más de uno seguido. Lo genial era cuando cambiaban la hora o tu madre también salía de fiesta, al haber control parental te quedabas un poquito más, claro que la putada de entrar y salir de local era que con la misma no te dejaban volver a entrar, ya que o se hicieron los locos los porteros o te colabas, porque la edad ni de coña la tenía y eso de poner sellos en la muñeca no se estilaba aún. Hubo sábados en los que salía, no nos dejaban entrar, pero nos quedábamos en esa calle con el resto a los que le negaban la entrada. Tampoco estaba nada mal. Fue donde primero me subí a una tarima a bailar (sin saber bailar), bueno, tarima no, en realidad creo recordar que era un altavoz, pero yo qué sé, molaba igual. Creo que más de uno recordará como “jooooder, pedazo de tiempos” a aquella discoteca. Simplemente molaba (pero todo esto es el recuerdo que yo tengo de cuando era una pibita claro), y molaba más porque estaba en mi pueblo-ciudad, y todos de todas partes venían a ella. Si es que, queremos ser el centro de atención si podemos :D. No era para nada una discoteca inmensa, los baños eran una cutrada, pero no sé, era la discoteca que era y punto.


La otra discoteca la conocí aquí, en mi ciudad adoptiva. Era casi perfecta. ¿Por qué? Está en una calle bien comunicada con más sitios a los que ir alrededor, ya sea de fiesta o para comerte algo, no te iba a faltar un taxi para volverte a casa, era un tamaño medio con el que yo estaba muy conforme, daba la sensación de estar dentro de una fábrica vieja, y lo mejor de todo, podías ir vestido como te diera la realísima gana. Allí había toda tribu urbana posible, y yo encantada de verlos a todos mezclados sin broncas ninguna. Había cuatro salas, y si no recuerdo mal dos compartían un tipo de música más comercial, otra más pequeña ni recuerdo porque casi ni iba, y la más grande era para los heavies. Molaba ir de un lado a otro encontrándote con música y estilos diferentes, y como mi gusto musical es bastante amplio solía disfrutar en todos ellos. Había que pagar entrada, 3 ó 5 euros, lo que te daba para una o dos copas, o una o dos cervezas, depende de la hora a la que entraras tenías derecho a más o menos consumición. Lo de ir con converse, un vaquero y cualquier camisa me hacía súper feliz, claro que a veces me daba por mezclar cosas raras y llevar un estilo más alternata. Los baños eran una puñetera mierda, es la gran pega. Allí pasé los fines de semana de prácticamente todo segundo y tercero de carrera. La gente estaba bien en general, muchos ERASMUS también (los miércoles era su día) y no sé, que me molaba todo. Por motivos que desconozco la discoteca cambió de nombre, y el nombre original fue a parar a otro nuevo local pero las veces que he ido no me ha convencido, el cambio de local se notó, la gente que iba no la siguió. Ignoro cómo está ahora, pero ya nada será lo mismo. Tanto en su nueva ubicación como en la anterior se hacían conciertos, otro punto a su favor. El antiguo local, el tipo fábrica vieja, adoptó otro nombre y siguió siendo discoteca. Las veces que fui tampoco me convenció. Ya nada fue lo mismo, por lo que mi época gloriosa de discoteca en época universitaria había acabado. Por supuesto voy a más sitios y tal, unos psé, otros molan, pero ese era mi favorito.


La cosa es que anoche, después de meeeeeeses sin ir a esa ‘fábrica’, volví. Lo de mantener distinta música sigue, pero la de los heavies no ya que se trasladó a la otra discoteca con el antiguo nombre. La música me encantó totalmente, una canción detrás de otra. El ambiente ya no es tan alternativo como antes, o eso me pareció a mí. ¿El problema? Absolutamente todas y cada una de las personas de la discoteca tenían, si a caso, los 18 recién cumplidos. Me alegré de haber vuelto a pisar el sitio, me encantó que, al menos esa noche, la música me acompañara, pero es un sitio que ya no está para mí, mi edad no me acompaña. ¿Que puedo ir con mi gente a mi bola aunque sean pequeños los demás y disfrutar de la música? Pues sí, pero no estoy dispuesta a soportar los malos modales de la nueva generación más niñata aún si cabe, bastante tengo ya con los de mi edad o superiores.


Dos discotecas que en mi cabeza siempre estarás como ‘buenas épocas’ y que han dejado de existir, una pena, pero ya vendrán otras, espero.

Mi futuro (más quisiera) coche

Nunca he sido una persona que se pare a fijarse en los coches. Sabía que eran un medio útil de transporte, que los hay más bonitos y más feos, de tres o cinco puertas, y que todos los chicos al cumplir los 18 ya estaban usando uno.

En mis primeros años de instituto, un montón de chicas relacionaban a los chicos por la marca de coche que tenían: ‘sí tía, conocí a X, el del citroën’, ‘ayer vi a fulanita con X, el del deportivo gris’… Y así un montón de ejemplos. Me parecía de lo más absurdo, y la mayoría de los coches cuando me los enseñaban o alguien se hacía popular por un coche y lo veía me parecía una bastada que te cagas. No despertaban el mayor interés en mí.

Siguiendo un poco con el tema chicas, yo siempre voy por detrás de las demás en muchísimos aspectos. ¿Que a ellas ya les empiezan a gustar los chicos? A mí me empiezan a llamar la atención un par de años después. ¿Que ellas ya compran en determinadas tiendas? Yo lo empiezo a hacer más tarde también. ¿Que todas ya se interesaban más por la ropa, bolsos y maquillaje? Yo lo estoy empezando a hacer ahora a mis 25 años. Y así mil cosas más.

Bueno, pues a mí los coches como que plin, pero un día hace muchos años me gustó uno y hasta la fecha. Me sigue pareciendo la mayor cucada del mundo y lo quiero, lo quiero, lo quiero (soñar es gratis). Me sorprende que no haya cambiado de opinión y no me hayan gustado otros mil coches más. Siempre ha sido ese. Eso sí, ahora ya con más edad me voy fijando en más modelos. No es que me vayan a comprar un coche cuando me saque el carné (jajaja, sigue siendo gratis soñar, ¿no?), pero bueno, tampoco veo una idea descabellada el ir mirando modelos por la calle para una futura futurísima compra.

Suelo decantarme más o menos por las mismas formas de coche, de los cortos y más bien redondeados. Colores oscuros, un coche muy claro no suele gustarme (¡¡blanco nooo!!), probablemente los cristales de atrás tintados y de cinco puertas, los de tres me parecen un coñazo infinito. Ya del resto de particularidades no tengo ni idea, que tampoco me he metido tan de lleno en el mundo del motor.

Entre mis nuevos gustos están éste, éste, y éste. Quizás se me escape alguno más, pero vamos, que esos no me parecen feos.

Para finalizar, foto de mi cosita linda con ruedas, el elegido, el que siempre ha estado en mi top one :D

Hello, beauty.



Audi A3


¿Y a ustedes? ¿Qué coches les gustan y en qué colores? A poder ser coches ‘reales’, es decir, no un súper deportivo que sólo sacarás una vez al año y que no podrás disfrutar porque las carreteras no te acompañan.

domingo, 23 de enero de 2011

Demasiada oferta

La verdad es que querer comprar algo y tener a tu disposición un amplio abanico de posibilidades para elegir es bueno, o suele ser bueno. Pero también acaba cansando, agobiando.

Estoy viene a raíz de que yo sigo en búsqueda y captura de una base de maquillaje, de su correspondiente desmaquillante, su tónico y alguna cosa más que la piel de mi cara creo yo que necesitaría. Hay tantas y tantas marcas, tantos y tantos tipos y subtipos dentro de esa marca, que si esto es para una cosa, que si esta para otra, que si blablabla. Total que yo sigo sin comprar nada. En lo que puedo pido muestras, pero eso tampoco me vale demasiado porque no puedo saber de una prueba si me vienen bien o no ciertos productos, jode gastarse la pasta en algo que no te vaya para nada bien, como me pasó con esto:


Y es que tengo una piel de mierda con la que andarme con ojo.

Me cansa mirar tanto y ver que hay aún mucho, muchísimo más. Así es como me siento en el tema de la cosmética al menos, aunque podría aplicarse en más sectores. No sé qué demonios elegir. Sé que el dinero se gastará en alguna marca pero de algún modo me gustaría saber que sí, que esa me va bien. Voy a optar por comprobar qué marcas utiliza mi madre, pudiera ser que por genética nos vayan bien las mismas cosas, o no. En fin, qué aburrimiento.

No queda de otra que joderse y probar hasta que des con lo que te venga bien.

Maldito Karma


Esta semana terminé de leerme el libro que me regalaron en Navidad. Es ligerito y me hizo gracia. Me gustó bastante la mitad y un poco más del libro, lo demás pues bueno, más o menos, pero aún así me gustó. En realidad no escribo esto para promocionarlo, sino para escribir cierta parte con la que me sentí identificada y es la siguiente:

- Es lo mejor para la pequeña –dijo Nina, y él asintió.

- ¿Lo mejor?-chillé-. ¿Cómo se te ocurre pensar que es lo mejor? Lo mejor sería que te plantaras en la A1 en hora punta.

- Tiene la cara hinchada-dijo Nina-. Está claro que Lilly es alérgica a los conejillos.

¿¿Se dan cuenta?? Hasta el libro que me he leído me lo restriega en las narices. Esto va a ser un complot… Jo.

Work is in the air...

La semana pasada tuve al fin la reunión en la universidad que trataba sobre las prácticas de empresa. Lo que hay que hacer es lo siguiente:

Enviarle un e-mail a un profesor con nuestros datos, seleccionar por preferencia (1-3) el tipo de empresa en el que nos gustaría entrar (las guays, las psé, y las ¡no, por favor!) y finalmente, de nuevo por preferencia, elegir a tres empresas de todas las que hay dentro de cada tipo. En los dos primeros puestos puse a dos empresas del tipo ‘guay’ y la tercera posición se fue a la tipo ‘psé’. Hasta el mes que viene se supone que no sabremos qué empresa nos ha tocado. Decir de paso que las prácticas empiezan en marzo y durarán hasta junio-julio, todo dependerá de las horas que acabes haciendo diariamente y tal, que en principio no podríamos hacer más de 6 al día.

Todas las semanas hay que hacer un informe de lo que hemos aprendido y todo el pastel típico y enviárselo a nuestro tutor de prácticas, que también nos mandaban a elegir entre tres profesores.

No nos pagan los gastos de transporte, cosa que veo fatal, porque seguimos siendo alumnos y no todos podrán optar por una empresa cercana. No todos tenemos coches (ni carné grr), ni todos podrán gastarse la pasta en gasolina, que me imagino que será mucha, en caso de que les toque ir al sur, que ya se podrían enrollar y quien haga las prácticas allí abajo darles una habitación pequeñita o algo y que vivan allí ese tiempo.

A ver si hay suerte y al menos me toca en alguna de las dos empresas ‘guays’, que yo ni idea de cómo son las empresas, ni de si se trabaja bien o no, pero vamos, a lo que se dedican me gusta. La putada es que mirarán nuestro expediente para ver a quién favorecen en su elección y a quién no, ejem…

domingo, 16 de enero de 2011

Chicago

¡¡Fui al musical!!

Y es que la entrada también entraba dentro de los regalos de Navidad. Me gustó, lo pasé bien, y tenía partes bastante cómicas. Mi favorito seguirá siendo cabaret sin duda, pero éste me gustó bastante también. ¡¡Quiero más!!

Es el de la peli, pero también mola.




Kittyhorror

¿Quién no conoce ya a ésta gatita?

Bueno, pues yo no me incluyo en su club de fans. A mí la gatita en sí no me ha hecho nada, ni siquiera me molesta su existencia, pero es que está en ¡¡todas partes!! Antes no se le daba tanto bombo ni merchandising a estas cosas, me parece que se pasan. O la gente que cada vez se flipa más por las cosas y demandan al mercado lo que vemos, no lo sé.

El otro día estaba yo por el centro comercial de paseo cuando vi el horror (uno de tantos otros). Puedo estar equivocada porque no vi lo que vi al 100%, pero yo juraría que era lo que era.

Había una chica de espaldas mirando a un perrito en la tienda de animales, y yo, que pasé por detrás de ella vi que por encima del cuello de la camisa le salía un tatuaje. Me fijé un poco más y vi algo tal que así:


Joder…

Y yo, desde hace unos años ya, soy súper feliz con esta camiseta que me encanta:


Moda, glamour y mierdas mil

¡Pero qué pérdida de dinero y de tiempo! ¡Cuánta inversión en gilipollismo extreme!

Vamos a ver… A mí, como a prácticamente todo el mundo femenino (unas más, otras menos), me gusta la ropa, me gusta entrar en tiendas, ver lo que hay, comprarme cositas y cierto es que me encantaría tener más de lo que tengo y deshacerme de prendas que ocupan mis armarios (el de aquí y el de allá) que ya no me pongo pero por alguna razón me da una pena tremenda tirar, donar o lo que proceda: ‘me sirve para dormir, por si algún día pinto una pared, para limpiar la casa, para estar en casa…’ para NADA debería decirme más a menudo, pero bueno.

Lo que yo no entiendo es la absurda necesidad de seguir las tendencias que te marca el mercado, porque si no tienes lo que se lleva este otoño-invierno, estás más que out chica, estás súper out, out there, very out there. Perfecto que si te gustan las cosas que aparecen en las tiendas las compres y las uses, y que si en otra temporada no es así pues pases… Pero es que muchas tienen que tenerlo sí o sí, y las revistas encima llaman a las cosas como “must have” o algo sí y te ponen de pecadora si te pones algo que vaya en contra del idiot movement. ¿Cómo vas a ponerte algo del invierno pasado? Por favor darling, ten más clase.

Que se lleven las flores me parece perfecto, pero yo NO quiero ser un jardín andante, y casi todas las prendas más monas tienen flores. Hace siglos que no coincide un estilo conmigo, pero la suerte es que se acuerdan de los demás y también siguen sacando cosas más neutrales, sino, estaría perdida.

Los diseñadores me dan casi que asco (en ciertos casos). Entiendo que hayan materiales costosos, que hayan cosas hechas a mano o a saber y eso le dé más valor a una prenda… ¿Pero 5.000 euros por un bolso? ¿500 euros un bikini? ¿Quién coño se creen que son? Y a todas estas… ¿Son ellos quienes ponen los precios? ¿Quién se gasta tales cantidades en eso? Bueno, esa respuesta me la sé, pero ¿por qué? Joder, que hayan tiendas de ropa más cara o más barata lo entiendo, pero hasta cierto punto, las grandes firmas me parecen egoístas.

Y que conste que yo tengo un pijismo interior invadiéndome en según qué cosas y suelo arrugar la nariz a cosas demasiado baratas, pero creo que tengo un control normal de la situación, en saber qué lo vale, qué no lo vale, de dónde te puedes más o menos fiar, y qué evitar, añadiendo tus pijadas personales que las de unos irán por un lado y las de otros por otro, que quien se las pueda permitir perfecto, quien no pues a seguir soñando un poco más. Aunque por supuesto no todos tus caprichos van a ser caros, que durante años a mí me flipaba tener miles de bolígrafos y papelería en general (afortunadamente ya estoy bastante desintoxicada).

Pero bueno, el tema… Que es una salvajada textil lo que hacen. A mí mejor amiga le va el tema, el caso es que también se compra prácticamente todas las revistas de moda, y yo siempre que voy a su casa las miro todas. Pues voy y me encuentro un esmalte de uñas de más de 500 euros me parece, ¿estamos flipando o qué? La estupidez humana me abruma.

Y ojito con las tiendas normales, porque es que, es que… Resulta que CM me regaló una chaqueta negra por mi cumple que me servía pero no me convencía, fui a la tienda a echar un ojo y cuando vi el precio lo primero que pensé fue que no lo merecía, algo alto para el tipo de chaqueta que era. Fui un segundo día a echar otro vistazo y me probé más chaquetas y cosas… Había unas imitando a cuero de colores con tachuelas, muy rocker todo. Cogí una violeta, cuando me la saqué YO estaba teñida de violeta. Aunque podría pasar por más cara que la que me habían regalado, su precio, por dejarte de otro color, tampoco lo merecía. Llegué aquí a sitio grande y me fui a mirar tienditas, entré en una de las más baratas que hay buscando un neceser simple y cuando miro en unas perchas allí estaba la chaqueta que me había teñido unos 15/20 euros más barata, ¡¡la mismita!! El precio que allí había era el que realmente tenía que costar la chaqueta y no el que había visto anteriormente. O sea, que hay tiendas que van de más dando ropa de calidad de menos.

Esa es otra, las calidades, estoy haaaaaaaaaaaaaaaaarta de comprarme cosas normalitas en las tiendas normalitas (Zara, Bershka, Stradivarius, etc.) y que no pasen del año. Descoloridas, con bolitas, alargadas, encogidas… Y claro, da igual lo que hagan porque como venden igual pues se aprovechan. Tengo aún prendas de hace 9-10 años de esas mismas tiendas y están perfectas, pero eso ya no pasa. Más caro y más malo en términos generales.

En fin, no sé… Yo sigo en mi intento de deshacerme de mil cosas que ya no uso y pretendo poco a poco renovarlas, aunque me gusta divertirme con la ropa, mi fuero interno me pide ser de las más sosa-clásicas, ¿será la edad? OMG! :S Pero no, aún me queda diversión, aún puedo permitírmela. Y nada, me andaré con ojo comprando porque visto lo visto un saco de papas me dura más que una camisa nadadora blanca.

No saben que las modas van y vienen, cambian siempre, sólo la estupidez de quien las sigue es permanente. By Xhelazz.

¿Ahora qué?

Pues ahora nada. Resulta que por mi cumple me regalaron dos cosas de una tienda un tanto infantiles y las fui a devolver, no tenía ni idea de qué llevarme porque de lo que había no quería ni necesitaba nada. Tal y como predije me acabé gastando el vale que me hicieron en otra persona, pero bueno, como se caducaba al mes no me quedaba de otra ya que en mis mil visitas a la tienda a lo largo de las Navidades yo no encontraba nada para mí. Total que compré un colgador de bolsos que sabía perfectamente que iba a gustar, les dije “quiero éste” (en la vitrina sólo estaba ese). ‘¿Es para regalo?’ Me preguntan… ‘Sí’. Lo fueron a buscar al almacén, venía en una cajita, lo empaquetan, me lo dan, doy el vale, pongo lo que falta y me voy.

Cuando se lo regalé a mi tía una vez en sitio grande y lo abre voy y veo que era de otro color, color que yo no había elegido. A ella le gustó, pero intuía que prefería el otro mucho más, y van las de la tienda y la cagan. Encima no me dieron ticket, me di cuenta una vez aquí.

Ya no hay nada que hacer, pero cuando vuelva el mes que viene a casa pienso pasarme por la tienda y decirles que la cagaron, para que se fijen más la próxima vez (sí, a veces puedo ser muy borde). Sé que yo también podía haberme cerciorado, pero vamos, no pensé que hiciera falta decirles ‘abran la cajita para ver si es’ porque claramente les señalé el que era y tampoco hay que ir de desconfiada, no sé.

Sé que es un poco bobería, pero jo, me hizo ilusión comprarle el colgador porque sabía y resabía que le gustaba, y su cara fue de sorpresa pero la mía de decepción al ver que no era el color.