Diario de unas prácticas de conducir (semana 1)

Lunes

¡¡Qué nervios!! Se ve que es un poco como montar en bici y hay cosas que no se olvidan mucho. Me fue más o menos, el tema volante y cambios está más controlado. El embrague de ese coche me quiere porque se portó bien. Haré una práctica doble de lunes a viernes. Conduje por mi zona. Cuando ya tienes cierto control te llevan al otro lado de la isla que es donde examinan, que me dirás tú qué necesidad hay, ni que no hubiese carreteras por aquí y zonas chungas con cuestitas y curvas varias para practicar bien, pero bueno… Ellos sabrán.

Hacía viento y tenía frío, por lo que iba con camiseta larga, bufanda y otra chaqueta más gordota por encima. Me metí en el coche y empecé a conducir tal cual, lo único que zumbé en el asiento trasero fue el bolso. Llegamos a la conclusión de que soy boba, porque a los cinco minutos de conducción me puse a sudar como un pollo (¿de dónde viene lo de sudar como un pollo? No le veo el sentido). Cuando fui a pagar las prácticas estaba roja como un tomate (esta expresión tiene más sentido) y con calores, no pasé más frío en toda la tarde, mi cuerpo se encargó de ser estufa. Ya aprendí la lección y para la del martes me quitaré el abrigo.

Martes

Hoy también fue bien, hice otra más por mi zona, aunque me la pegué saliendo de un stop en segunda en zona concurrida, pero bueno, que se aguanten que estoy en prácticas.

Miércoles

Hoy sí que crucé la isla con el coche. Guay porque al fin y al cabo es la zona por la que te examinas, y no guay porque vas con otra persona en el coche, uno lo lleva y otro lo trae, por lo que estás tres horitas metida en un coche y quieras o no, la cosa agota. A mí me tocó hacer maniobras de todo tipo (que pocas fueron con éxito me da a mí) en Villarriba (me copio de Fairy), y al compañero en Villabajo, que son dos municipios al parecer bastante populares por los que te llevan mucho a practicar. Ambas zonas me parecen un horror (en lo que a la conducción se refiere), muchos cambios de marcha, carreteras mega estrechas, cuestas… En fin, que no es mi zona favorita de momento para coger el coche.

Jueves

De nuevo a cruzar la isla. El compañero lo llevó y yo lo traje. Me tocó maniobrar por una zona turística (en la que poco brilla el sol en mi opinión). Regresé a mi pueblo-ciudad de noche, toda una experiencia conducir así, pensé que me iba a asustar más, pero no. Tenía que ir despacito, que las curvas aún no me las conozco y algunas son coñonas.

Momento tocapelotas: yo cuando tengo la práctica pongo mi móvil en el más profundo de los silencios, igual que haría en clase, en el cine, teatro, ópera… Lo lógico, ¿no? Pues al compañero le sonó el móvil, por un instante me cabreé (cabreo interno), pero como me gustaba la canción que tenía de tono me relajé un poco. El profesor va y dice que si quiere que se eche a un lado para contestar o devolver la llamada. ¡¡¿Hola?!! NO ME DA LA GANA. Si es por alguna situación especial pues vale, faltaría más, pero porque si no me da la gana. Me parece perder tiempo en la carretera y nos retrasa la llegada a nuestro pueblo-ciudad. El tío accede y se aparta a una parada de guagua y me parece que llamó a la novia y la conversación no tenía pinta de ser indispensable, era una chorrada, para total acabar en un ‘te llamo luego que estoy en la práctica’. Ag. Pidió perdón, pero no me vale ¬¬.

Viernes

No hubo práctica al ser nochevieja.

Conclusiones: No se me da mal conducir en ‘carretera abierta’, pero una vez en poblado ya me trabo algo más, sobre todo porque es una continua putada, la gente que se te cruza de repente, los coches en doble fila, los que te adelantan a cada rato (¡¡nadie va a la velocidad indicada por las señales!!), puag. Veremos que pasa la semana que viene.