domingo, 30 de enero de 2011

Mis discotecas




Me gusta salir de fiesta. A veces. Me gusta salir cuando el cuerpo me lo pide, aunque cierto es que el día que más hecho polvo y desanimado estás acabas pasándotelo genial. No sé por qué se da ese fenómeno. También es cierto que me estoy acomodando más al ‘voy al bar, hablo, me río y pa’ casa’ que a quedarme de fiesta en una discoteca. Estos últimos tiempos me he aburrido la inmensa mayoría de las veces, la música me parece una bastada, la gente cada vez es más absurda… En fin, un conjunto de factores que hacen que veas el irse de fiesta de otra manera y que la sustituyas por otros formatos también válidos.


Hay dos discotecas que a mí me han encantado, me han marcado de alguna manera y a las cuales añoraré bastante, pero quedan recuerdos divertidos.


Una ya no existe y está en sitio pequeño de mis orígenes. El local sigue existiendo y a saber cuántos nombres ha tenido ya. También estuvo cerrada mucho tiempo. Ignoro el por qué cerró en principio, pero no me sorprendería que fuese porque había mucho menor dentro. El caso es que fue mi primera discoteca, a la que iba todo el mundo (que yo conocía o te interesaba conocer), a la que te intentabas colar porque no tenías ni 16 años, donde la música a mí me gustaba, el ambiente era muy joven… Muy guay todo. Todo te parece lo más con esas edades. La recordaré con especial cariño por la gente que conocí ahí, por las fiestas que me cogía con mis amigas con las que iba en plan novata de la vida, en la que jamás pedí algo de beber (que yo recuerde) y de la que tenía que salir a las 02:00 de la mañana porque algún padre nos venía a buscar. Si salía un finde, los dos siguientes no lo hacía. Era una putadilla, pero a veces se hacía presión y se conseguía salir más de uno seguido. Lo genial era cuando cambiaban la hora o tu madre también salía de fiesta, al haber control parental te quedabas un poquito más, claro que la putada de entrar y salir de local era que con la misma no te dejaban volver a entrar, ya que o se hicieron los locos los porteros o te colabas, porque la edad ni de coña la tenía y eso de poner sellos en la muñeca no se estilaba aún. Hubo sábados en los que salía, no nos dejaban entrar, pero nos quedábamos en esa calle con el resto a los que le negaban la entrada. Tampoco estaba nada mal. Fue donde primero me subí a una tarima a bailar (sin saber bailar), bueno, tarima no, en realidad creo recordar que era un altavoz, pero yo qué sé, molaba igual. Creo que más de uno recordará como “jooooder, pedazo de tiempos” a aquella discoteca. Simplemente molaba (pero todo esto es el recuerdo que yo tengo de cuando era una pibita claro), y molaba más porque estaba en mi pueblo-ciudad, y todos de todas partes venían a ella. Si es que, queremos ser el centro de atención si podemos :D. No era para nada una discoteca inmensa, los baños eran una cutrada, pero no sé, era la discoteca que era y punto.


La otra discoteca la conocí aquí, en mi ciudad adoptiva. Era casi perfecta. ¿Por qué? Está en una calle bien comunicada con más sitios a los que ir alrededor, ya sea de fiesta o para comerte algo, no te iba a faltar un taxi para volverte a casa, era un tamaño medio con el que yo estaba muy conforme, daba la sensación de estar dentro de una fábrica vieja, y lo mejor de todo, podías ir vestido como te diera la realísima gana. Allí había toda tribu urbana posible, y yo encantada de verlos a todos mezclados sin broncas ninguna. Había cuatro salas, y si no recuerdo mal dos compartían un tipo de música más comercial, otra más pequeña ni recuerdo porque casi ni iba, y la más grande era para los heavies. Molaba ir de un lado a otro encontrándote con música y estilos diferentes, y como mi gusto musical es bastante amplio solía disfrutar en todos ellos. Había que pagar entrada, 3 ó 5 euros, lo que te daba para una o dos copas, o una o dos cervezas, depende de la hora a la que entraras tenías derecho a más o menos consumición. Lo de ir con converse, un vaquero y cualquier camisa me hacía súper feliz, claro que a veces me daba por mezclar cosas raras y llevar un estilo más alternata. Los baños eran una puñetera mierda, es la gran pega. Allí pasé los fines de semana de prácticamente todo segundo y tercero de carrera. La gente estaba bien en general, muchos ERASMUS también (los miércoles era su día) y no sé, que me molaba todo. Por motivos que desconozco la discoteca cambió de nombre, y el nombre original fue a parar a otro nuevo local pero las veces que he ido no me ha convencido, el cambio de local se notó, la gente que iba no la siguió. Ignoro cómo está ahora, pero ya nada será lo mismo. Tanto en su nueva ubicación como en la anterior se hacían conciertos, otro punto a su favor. El antiguo local, el tipo fábrica vieja, adoptó otro nombre y siguió siendo discoteca. Las veces que fui tampoco me convenció. Ya nada fue lo mismo, por lo que mi época gloriosa de discoteca en época universitaria había acabado. Por supuesto voy a más sitios y tal, unos psé, otros molan, pero ese era mi favorito.


La cosa es que anoche, después de meeeeeeses sin ir a esa ‘fábrica’, volví. Lo de mantener distinta música sigue, pero la de los heavies no ya que se trasladó a la otra discoteca con el antiguo nombre. La música me encantó totalmente, una canción detrás de otra. El ambiente ya no es tan alternativo como antes, o eso me pareció a mí. ¿El problema? Absolutamente todas y cada una de las personas de la discoteca tenían, si a caso, los 18 recién cumplidos. Me alegré de haber vuelto a pisar el sitio, me encantó que, al menos esa noche, la música me acompañara, pero es un sitio que ya no está para mí, mi edad no me acompaña. ¿Que puedo ir con mi gente a mi bola aunque sean pequeños los demás y disfrutar de la música? Pues sí, pero no estoy dispuesta a soportar los malos modales de la nueva generación más niñata aún si cabe, bastante tengo ya con los de mi edad o superiores.


Dos discotecas que en mi cabeza siempre estarás como ‘buenas épocas’ y que han dejado de existir, una pena, pero ya vendrán otras, espero.

9 comentarios:

  1. Jajajajaja ¿El Convento???????? a mi mi padre nunca me dejó ir :(((((((((((((((. Todavia no he superado el trauma....
    De vez en cuando está bien cogerse una marchilla, pero es inevitable comprobar que las cosas han cambiado bastante.

    Besos!!! Enero está acabando con mucho frío, vente abrigada!!!

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  2. ¿¿¿El convento??? Nooooooo jajajaja. Ahí entré muy pocas veces la verdad. El local estaba bien, pero le podían haber sacado más partido a la decoración. Yo me refiero a lo que era el Triángulo ;) Tranquila, iré preparada con chaquetas, de todas formas casi todo lo de invierno sigue estando ahí :D

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  3. Yo ya no soy mucho d marchas, una o dos veces al año jajajaja. Lo bueno es que no nos metemos en discotecas sino en pubs de charlas y risas, eso me encanta, ahora todos los sitios están dominados por música 'rara' y chiquillos de 18 años. Besitos

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  4. Cuando te haces mayor ya no tienes el cuerpo para marcha.
    Yo nunca fui de ir de discoteca, pero tuve mi época en la que el grupo ed amigos íbamos de vez en cuando a ligar y morreranos con alguna. Eran los 15-16... lo típico.

    Siempre preferí bares a discotecas. Siempre heavy o rock a dance, trance o lo que sea ahora.
    Pero también fui a la discoteca y sí, fueron buenos tiempos.
    Ay, ahora me pongo melancólico...

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  5. Ah!!! ok jajajjajajjajajaja, ya me parecía a mi, que tu mucho de merengue/salsa y tal me da que no eres, jaja. Me suena de oirlo nombrar, es verdad, pero tampoco me dejaron ir nunca, vamos, cruzar la cumbre ni a escondidas jajaja. (qué triste............ )

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  6. Mafalda, ya... Por eso estoy empezando a ver el concepto de marcha de otra manera, claro que aquí hay muchas opciones para ir, en mi isla no.

    Rad, en Madrid tendrás mil y un garitos a tu gusto fijo. Y sí, las marchas ya no se soportan como antes, pero vamos, que todavía uno puede danzar un poco jiji.

    Mae, jajaja yo con 15 años tampoco te creas que cruzaba al otro lado para irme de fiesta eh, siempre si algún adulto iba. Pero bueno, la puedes cruzar ahora, nunca es tarde ;)

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  7. Si tuviera pasta iría a esos sitios, jajaja. Aquí te clavan por una caña. Y si te descuidas, no por una caña madrileña, bien tirada (que si lo está hasta te bebes una "Estrella de Galicia" con gusto), sino por cualquier pis de gato caliente.

    No sé, no me veo yo "moviendo el esqueleto" de nuevo. Como mucho agitando la cabeza mientras escucho Type O Negative... :P

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  8. Me ha dado nostalgia de la disco de sitio pequeño y eso que no he estado nunca =) Y sí, vaqueros y Converse FTW para salir. Es lo que más me gusta del Cuadrilátero, que en la mitad de sitios no tienes que ir emperifollado^^ Aunque lo de pagar entrada... (jaja, soy un arrastrado XD)

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  9. Zorro, aún quedan sitios, afortunadamente, en los que no hay que pagar entrada, y como antesala a esos sitios baretos de copas bastante baratos. Habrá que aprovechar hasta que esas ventajas desaparezcan. Y de todas formas, las entradas van con copa, sino no mola nada.

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