domingo, 15 de mayo de 2011

Las dependientas y demás

Qué pesadas son coño. No todas, menos mal, pero ag. ¿Qué hay que hacer para ser una de ellas? Al menos una de las buenas, de las que simpatizan con la clientela y no nos van asustando hasta desaparecer de la tienda. Yo me imagino que para todo habrá un entrenamiento y técnicas para poner en uso, más una disponibilidad y habilidad innata para saber qué hacer.


Están las ideales, hasta sin tú querer te venden algo (mamonas ¬¬), son tan divinas y simpáticas que te convencen. Diferencian perfectamente el caer pesadas con la atención adecuada y cuando abren la boca te lo venden todo pero bien. Buena cualidad también ésta para los comerciales, aunque luego te arrepientas de lo que hiciste, pero te engañaron bien y mientras estabas feliz.


Las pasotas, ¿qué hay que hacer para que te hagan caso o muevan su culo un poco para irte a buscar una talla o lo que sea? Y encima tienes que aguantarles su vocabulario básico de primaria y su cara larga de ‘quiero largarme de aquí’. La última pasada se la metió una que me dio lo que compré en la mano, con el ticket regalo en la caja (tapando la parte transparente que dejaba visible lo que era el regalo) y adiós muy buenas. Ni bolsa (que no la quería de todas formas) ni un ‘¿te lo envuelvo?’ (que era lo que preguntaba todo el mundo en esas fechas y más sabiendo que tenía un ticket regalo). Ella se largó y me dejó un poco con la palabra en la boca, pensé que volvería, pero no.


Las acosadoras. No puedes mirar tranquilamente las cosas, están encima de ti como queriendo caer bien pero la verdad es que desearías que te dejasen respirar, porque lo único que van a conseguir es el efecto contrario. Aconsejándote gratuitamente, demasiado pendientes de ti por si necesitas cualquier cosa… En general las que me he topado de este estilo no van así con malicia, pero ishhh chica, quita pa’llá.


Las que no van acorde. ¿Si eres peluquera por qué me apareces con ese pelo tan horrible y que te queda tan mal? Como le haga lo mismo al mío me da un ataque, porque vamos a ver, ¿cuántas veces sales de la pelu exactamente como tú querías?. Si trabajas en un stand de maquillaje, ¿cómo te atreves a aconsejarme cuando te estoy viendo todas tus imperfecciones a su vez fácilmente disimulables con tooodos los potingues con los que trabajas? Y aunque no las tenga, los productos mal aplicados y que no le van nada a su cara, ¡¡ni que se me acerquen a experimentar conmigo!! No sé, yo creo que en parte uno quiere verse reflejado o verse aconsejado por alguien que sepa de lo que habla, que sepa hacer uso de sus herramientas y que tenga idea de cómo utilizarlas con las personas que por allí pasen. Y las que usan vocabulario que ni ellas saben, juaz… ‘Esta crema tiene tal y tal y tal cosa, es muy bueno’. Y todo eso te lo dice leyéndotelo de tarro, no porque se lo sepa. En fin…


¿Y no se han dado cuenta de una cosa? Vamos a poner como ejemplo una zapatería, pero es aplicable en más tiendas. Prácticamente todas las dependientas tienen el zapato que estás mirando pero en otro color, y es súper cómodo y queda bien con determinadas prendas de ropa. Guau… Qué casualidad, ¿no?

3 comentarios:

  1. Jajaja, a mi me gustan que me dejen a mi aire, que estén pendientes para si yo les pregunto o les pido algo, pero ese acoso tipo el corte inglés (bueno, ahora ya no sé, pero cuando en mi época de ir a comprar pelis y series en dvds todas las semanas, eran así) no me gusta nada, es más, las evito.
    No me he fijado en eso de las zapaterías jajaja, tendré que estar más pendiente.

    un beso!!

    ResponderEliminar
  2. A mí me sacan de quicio las acosadoras. Este finde estaba con Jez en el Corte Inglés, acompañándola a comprar maquillaje, y mientras una de las ideales la aconsejaba y se ponían ambas a darle a la sin hueso, yo me apoyé contra una pared a leer. A leer. O sea: pasad de mi, no estoy comprando, estoy leyendo un libro que me he traído.
    Pues ya falto tiempo para que media docena de acosadoras (todas las de la sección) aparecieran para preguntarme si podían ayudarme en algo. Que era para decirles: "sí, guapa, pásame las páginas".

    ResponderEliminar
  3. Mae, es que lo mejor es que te dejen a tu bola, que te pregunten sí, pero que si no te hacen falta que te dejen a tu aire.
    El ejemplo sirve para más cosas, tú atenta y verás que la dependienta tiene lo mismo que tú por alguna extraña razón.

    Rad, ohhh qué ideal tú, acompañándola a comprar pinturitas :D
    Jajaja, mejor no se lo digas, que te estampan en libro en la cabeza. Uy, no pueden, protocolo laboral supongo jijiji.

    ResponderEliminar

Este blog no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus visitantes. Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Peace.