domingo, 12 de septiembre de 2010

Tener cola


Mi película de Disney favorita siempre ha sido La Sirenita, no por su historia en especial, sino por el hecho de ver sirenas y tritones. De pequeña quería ser una, me parecía espectacular el hecho de que pudieras respirar, hablar, ver como si nada y desplazarte a una velocidad pasmosa de un lugar a otro por debajo del agua… Nunca me gustó el final de la peli, me cabreaba con Ariel, ¿por qué elegiste piernas toleta? Con lo guapo que está el mar, a parte su familia era 34.543 veces mayor que la de Eric, ¿no le daba vergüenza?

A pesar de no ir demasiado a la playa que digamos ni practicar ningún deporte relacionado con el agua (salvo nadar a veces) me emociona y me relaja el medio acuático una pasada. Lo mejor es hundirse y dar vueltas como una boba hasta que necesites volver a respirar.

¿No estaría guapo? Jo… Podemos ver con las gafas, respirar más tiempo con los botellines pero, ¿quién te quita el dolor de oídos? Me niego a practicar hasta tal punto eso, me da miedo la verdad. Pero se saldría, se saldría mucho ser aunque sea por un día una sirena. Creo que lo prefiero antes que volar.

Sueños de infancia que aún permanecen.

3 comentarios:

  1. Curioso sueño de infancia... a mi me gusta el agua, pero no hasta ese punto.... volar molaría, me inspira más sensación de libertad.

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  2. No, ninguno en especial... es más molaría volar tal y como soy, como en las películas, con los brazos extendidos y violando todas las leyes de la física.

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