domingo, 3 de octubre de 2010

Creo que soy adicta

O al menos tengo principios de adicción.

Una vez, estando en casa de CM, conocí a cierto producto lácteo que me hizo fruncir el ceño sólo por ver su exterior, la palabra soja suena a rayos en mi cabeza, pero como una valiente lo probé y resulta que me encantó. Ahora no puedo parar de comprarlos y comerme uno al día sí o sí, es que hasta dos seguidos me metería. Pienso en ellos y se me hace la boca agua, ¿cómo es posible? Es un yogur.

Os presento al autor de mi desvarío gustativo:

4 comentarios:

  1. No lo he probado, pero todo lo que diga soja, ya me produce rechazo, sólo he probado la soja en lata esa para las ensaladas y no puedo, me sabe a tierra.
    Es una adicción sana. Hay cosas peores como la que tengo yo últimamente con las ambrosías de Tirma.

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  2. Jajaja, es que las tirma están buenas. Te diré que la fábrica no me queda muy lejos :P

    Pues prueba ese yogur, aventúrate y me cuentas qué tal. Si no te gustan, regalas los otros tres del pack. Papaya-naranja. Si no te gusta no me culpes jajaja.

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  3. Yo sí he probado yogures de soja, aunque me saben a rabo de gato, voy a ver si encuentro éste en el súper a ver qué tal. Por cierto, las ambrosías Tirma deberían estar prohibidas, dios mío!

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  4. Mafalda, pues si los encuentras y los pruebas me dices tu opinión, que si es mala no va a pasar nada :) ¿Siguen habiendo tirma de fresa? ¿O fue un experimento temporal? AÑOS que no las veo.

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